La ambientación del lugar representa toda la antigüedad de Chile, es un espacio grande y grato para compartir y sobre todo para comer. Nunca en mi vida me había comido unos churrascos tan grandes, ¡lo recomiendo!

La atención fue rápida y muy amable por parte de quiénes ahí trabajan. La comida abundante y rica, me comí un chacarero que me dejó satisfecho durante largo rato, venía con una mayo pa chuparse los bigotes. La ambientación me gustó, los objetos que adornan las paredes y el tragaluz lo hacen único. Además sus mesas y sillas son bastante cómodas.

Nos comentaron que en este local se comía como en las clásicas fuentes de soda de los 80 y debo decir que así fue. El local está bien decorado, es espacioso, la atención es buena, son veloces para sacar los pedidos, el tamaño es generoso y la comida es increíble. Si tienes mucha hambre es recomendable ir y comerte un sándwich tú solo, pero si no, puedes perfectamente compartir uno entre dos personas.

¡Sin palabras, muy rico! He ido por varios lugares probando el chacarero y la verdad, ¡el de aquí es el mejor! ¡Sin duda! La carne está muy bien cocinada, exquisita. Harto de todo y aún así, conservó el equilibrio perfecto para no opacar nada dentro del sándwich. Además, había una variedad de salsas en la mesa que me obligaron a probarlas sí o sí. Muy buena experiencia, sin duda en algún momento volveré.